Lunes 05 de Abr de 2010 - Así en la vida como en la política cada uno ve lo que quiere ver. Yo también fui encandilado como gran parte de mi generación por esa revolución cubana que proclamaba su independencia frente a la potencia más poderosa de la historia. Yo también admiré su creatividad, su búsqueda de un sociedad más igualitaria, el coraje del Che y los barbudos de Fidel. Hoy algunos integrantes de la intelectualidad de la izquierda más jurásica y mas kirchnerista siguen viendo sol donde solo hay tinieblas. Es probable que los cubanos tengan todavía un nivel de educación y salud superior al de sus pueblos vecinos. Es probable que el bloqueo o embargo comercial sea también una provocación norteamericana que hay que condenar con severidad. Pero la realidad indica que a esta altura de la humanidad ya no se puede tolerar más una sociedad cerrada, oscurantista, totalitaria donde todo está prohibido. Está prohibido fundar otro partido porque hay partido único, está prohibida navegar por internet y tratar de buscar otras costas de libertad aunque sean virtuales, se oculta a los homosexuales y todavía se los trata como enfermos. Tuve posibilidad de hablar con muchos jóvenes cubanos y odian el autoritarismo de la vida cotidiana. No se interesan demasiado por la vieja revolución. Sientes que el estado gendarme todo el día los vigila y no les deja hacer nada. A esta altura con la muerte de Orlando Zapata Tamayo y la delicada situación de salud que tienen los huelguistas de hambre Guillermo Fariñas y Franklin Peregrino del Toro y las persecuciones patoteras a las pacíficas y valientes “Damas de Blanco”, queda poco espacio para no condenar tanto atropello que se hace en nombre del pueblo y el marxismo. Antonio Muñoz Molina, el escritor y catedrático español dice que defiende los derechos humanos en todo el planeta y que está en contra de “ la dictaduras de los hermanos Castro no a pesar de que soy de izquierda sino porque lo soy: ser de izquierda no me parece alabar a un tirano”....sigue Nadie puede acusar de gusanos o derechistas a Silvio Rodríguez o Pablo Milanés. Son fundadores de la Nueva Trova que siguen creyendo en el socialismo pero que están denunciando lo que pasa en Cuba. “La revolución pide cambios a gritos”, dijo Silvio que además pide dejar la “erre” de lado y recuperar la evolución y volver a la semilla de Martí y revisar las instituciones para que las alas no se vuelvan herrajes y que la prensa oficialista diga algo de lo que pasa. Pablo tuvo una postura similar. Se quejó por que no se han cumplido las promesas de cambio y por el maltrato que se les da a los que piensan distinto. Aquella Cuba convertida en David contra Goliat despertaba admiración y simpatías en los artistas populares. Pero hoy muchos condenan la represión y piden por la libertad de los presos políticos. Hasta Ana Belén y Víctor Manuel que vienen de la militancia comunista, o Pedro Almodóvar a quien nadie podría acusar de reaccionario pro-yanky. Incluso en Argentina, referentes de la democracia y el progresismo como Julio Strassera, Graciela Fernández Meijide, Beatriz Sarlo o Guillermo O’Donnell, entre otros, también levantaron sus voces de reclamo. Algo ha cambiado. El periodista y escritor del diario “El País”, Juan Cruz confesó su dolor “ Me da pena decirlo pero es el final abrupto de las ilusiones perdidas, la señal del fracaso de una generación. El proyecto revolucionario ya no es ni una reliquia”. Nadie que se diga democrático puede mirar para otro lado cuando se muere gente como forma de protesta. Cuando hay presos históricos o mujeres desarmadas que ponen su grito en el cielo. Los cubanos merecen una sociedad igualitaria y en libertad. No merecen ni la Cuba de Batista ni la Cuba de Fidel.
Alfredo Leuco es periodista. Actualmente es columnista de Radio Continental con Fernando Bravo. Conduce Le doy mi palabra por el Canal 26. Más sobre Alfredo »
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