viernes, 19 de marzo de 2010

México: Condenan senadores del PAN muerte de disidente cubano


Boletín 128
Condenan senadores del PAN muerte de disidente cubano
Rubén Camarillo Ortega
Periodo no determinado | Sesión del Jueves, 18 de marzo de 2010
• Piden al gobierno del presidente Raúl Castro Ruz una apertura al diálogo con los disidentes políticos y la pronta liberación de todos los presos de conciencia encarcelados en el país caribeño
Rubén Camarillo Ortega y Adriana González Carrillo, de la bancada del PAN en el Senado, condenaron la muerte del disidente cubano Orlando Zapata Tamayo y exhortaron al Ejecutivo federal para que, por medio de la Secretaría de Relaciones Exteriores, solicite al gobierno del presidente Raúl Castro Ruz una apertura al diálogo con los disidentes políticos y la pronta liberación de todos los presos de conciencia encarcelados en Cuba.

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A través de un punto de acuerdo, los legisladores de Acción Nacional lamentaron la muerte del disidente cubano y extendieron sus condolencias a los familiares y amigos del fallecido.

“El pasado 23 de febrero, Zapata Tamayo, confinado como preso de conciencia, murió en Cuba tras permanecer 85 días en huelga de hambre en una cárcel de la provincia de Holguín. Zapata Tamayo, de 43 años de edad y albañil de profesión, fue fundador y miembro del movimiento Carlos Manuel de Céspedes.

“También era activista en el proyecto Varela, del Movimiento Cristiano de Liberación, que promovía un referéndum para democratizar la Constitución cubana; en marzo de 2003, Zapata Tamayo fue detenido junto con otros 75 disidentes durante la llamada ‘primavera negra’ y condenado a 18 años de prisión por desacato y desorden público”, recordó Camarillo Ortega.

Zapata Tamayo, continuó el legislador por Aguascalientes, no era un disidente mediático, pero su muerte ha provocado una conmoción sin precedentes en las filas de la disidencia cubana.

Precisó que en los últimos días media docena de presos políticos y un periodista disidente se han declarado en huelga de hambre en la isla, además de varios más en ayuno, para protestar por la muerte de Zapata Tamayo.

Dijo que los disidentes exigen la liberación de todos los prisioneros políticos, que, según datos de la Comisión Cubana de Derechos Humanos y Reconciliación Nacional, son alrededor de 200, de ellos 65 adoptados por Amnistía Internacional como prisioneros de conciencia.

Indicó que la muerte de disidentes encarcelados como la de Zapata Tamayo no es la primera que ocurre en Cuba; sin embargo, acotó, hacia casi cuatro décadas que no moría un preso cubano durante una protesta contra el régimen de la isla.

“El encarcelamiento de disidentes políticos en Cuba es contrario a los valores reconocidos por la Declaración Americana, la cual consagra el libre ejercicio de derechos que, además, están contenidos en otros instrumentos internacionales en materia de derechos humanos.

“El Gobierno cubano, como todos los gobiernos del orbe, tiene la responsabilidad de proteger a los prisioneros que están bajo su jurisdicción, por lo que las restricciones a la libertad de expresión y de difusión del pensamiento, la falta de elecciones y la falta de independencia del Poder Judicial, configuran una situación permanente de trasgresión a la democracia y a los derechos fundamentales de los ciudadanos y ciudadanas de Cuba”, concluyó Camarillo Ortega.



Para escuchar el audio, dé clic


Versión de la intervención en tribuna del senador Rubén Camarillo Ortega, al presentar un punto de acuerdo sobre la muerte del disidente cubano
Orlando Zapata Tamayo
18 de marzo de 2010



He esperado el momento de tomar esta tribuna, en el buen sentido de la palabra, para presentarles a mis compañeros senadores y senadoras este punto de acuerdo.

Amigos y amigas.

El pasado 23 de febrero de 2010, el activista cubano Orlando Zapata Tamayo, confinado como preso de conciencia, murió tras permanecer 85 días en huelga de hambre en una cárcel de la provincia de Holguín, en la República de Cuba. Ese es el motivo que me ha traído a esta tribuna.


Orlando Zapata Tamayo, de 43 años de edad y albañil de profesión, no era un disidente mediático, pero su muerte ha provocado una conmoción sin precedentes en las filas de la disidencia cubana. En los últimos días, media docena de presos políticos y un periodista disidente se han declarado en huelga de hambre en la isla.

Orlando Zapata Tamayo era un activista pacífico que promovía un referéndum para democratizar la Constitución cubana.

A partir de su detención en 2003, el señor Zapata Tamayo permaneció detenido en varias prisiones de la isla y fue en la prisión Kilo 8 en la provincia de Holguín en donde fue golpeado violentamente en varias ocasiones, por lo que el señor Zapata Tamayo inició una huelga de hambre en diciembre pasado para protestar por los malos tratos y la tortura física que recibía en dicha prisión.

Cabe señalar que el señor Zapata Tamay, a mi juicio, representa claramente lo que la isla ha sido la detención y agravios físicos que reciben los acusados por disidencia en las prisiones de la República de Cuba.

La muerte de disidentes encarcelados como la del señor Orlando Zapata Tamayo no es la primera que ocurre en Cuba. Sin embargo, hacia casi cuatro décadas que no moría un preso cubano durante una protesta contra el régimen de la isla.

Los restos de Zapata Tamayo fueron enterrados el pasado jueves 25 de febrero en el Cementerio Sur de la localidad de Banes, al este de la isla. Y quiero decirlo con profunda pena, que fue en medio de una fuerte custodia policial y sin que cesara la represión del régimen para impedir muestras de solidaridad del pueblo cubano con la familia de la víctima.

Es importante recordar que señor Orlando Zapata Tamayo era una de las víctimas del Caso Número 12.476, donde la Comisión Interamericana recomendó al Estado de Cuba ordenar la liberación inmediata e incondicional de todas las víctimas declarando nulas las condenas en su contra, por haberse basado en leyes que imponen restricciones ilegítimas, y reitero ilegítimas, a sus derechos humanos.

El encarcelamiento de disidentes políticos en la República de Cuba es contrario a los valores reconocidos por la Declaración Americana, la cual consagra el libre ejercicio de derechos que además están contenidos en otros instrumentos internacionales en materia de derechos humanos.

De la misma manera, cualquier individuo privado de su libertad en cualquier parte del mundo tiene derecho a que se le respete su integridad física.

Para concluir, señor presidente, quiero, desde esta tribuna, hacer constar que el Grupo Parlamentario de Acción Nacional hace votos por que la república de Cuba prime un clima de diálogo con la disidencia, se respeten los derechos humanos y se faciliten las garantías mínimas de acceso a la justicia para los presos políticos y de conciencia que se encuentran recluidos en la isla.

Para terminar mi participación, quiero poner a consideración de esta honorable asamblea la carta del embajador cubano en México, que me ha hecho llegar en días pasados.

Quiero, desde esta tribuna, rechazar contundentemente los términos en los que se expresa el embajador cubano con respecto a que considera improcedente someter a esta soberanía por parte de su servidor este punto de acuerdo. Esta carta me parece que es la prueba más fiel de la intransigencia, de la incapacidad que muestra un gobierno para reconocer lo que a todas luces es obvio, no se puede tapara el sol con un dedo, el problema de derechos humanos en Cuba existe, aunque su gobierno hipersensible a este tema pretenda negarlo.

Por esa razón, señor presidente, le pido que se integre al Diario de los Debates el documento de forma íntegra que he hecho llegar a la Cámara con sus dos puntos resolutivos solicitados, y también decir que aquí he recibido los comentarios muy importantes de varios compañeros senadores y senadoras, del PRI, del PRD, y de otros partidos políticos, en donde con aportaciones y focalizaciones diferentes me parece que tienen mucho que aportar a la discusión de este tema.

Por esa razón le solicito, señor presidente, que en esta ocasión no se considere mi petición de la urgente y obvia resolución, y que en su lugar sea turnado a la Comisión correspondiente para su análisis y su dictaminación, asumiendo también que senadores como García Zalvidea, el senador Graco Ramírez, y el senador Arce, me han dicho que tienen que aportar en la discusión de este tema.

Por su atención y paciencia, muchas gracias.

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